Devuelvannos lo que nos pertenece

La Romana.- Las calles y las aceras no son un privilegio. Son un derecho ciudadano. Sin embargo, en nuestra provincia de La Romana hemos normalizado algo que jamás debió aceptarse: la invasión del espacio público, tanto por comercios informales como formales, sin que las autoridades hagan valer la ley.

Lo que comenzó como “un chin pa' resolver” se ha convertido en una cultura del abuso territorial, donde los negocios ocupan aceras, parqueos públicos, esquinas, e incluso vías completas, mientras los peatones —especialmente niños, envejecientes y personas con discapacidad— se ven obligados a caminar por la calle arriesgando sus vidas.

Hay que decirlo claro: la acera no es almacén, no es mesa, no es mostrador.

Es del ciudadano.

La Ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios establece que la autoridad municipal está obligada a garantizar el uso correcto de los espacios públicos y velar por el orden y la seguridad ciudadana.

Pero… ¿dónde está esa defensa cuando el espacio público se convierte en propiedad privada por “costumbre”?

No pedimos persecución. Pedimos orden.

Pedimos igualdad de reglas para todos.

Pedimos que se cumpla la ley.

Este editorial no va contra quien trabaja para llevar el pan a su casa. Va contra la cultura de ocupar lo que no es tuyo, y contra autoridades que han cedido su voz en un tema que impacta directamente la calidad de vida de todos.

Es hora de recuperar La Romana para los romanenses.

Porque cuando nos quitan la acera, no nos quitan un pedazo de cemento…

Nos quitan movilidad, seguridad, dignidad y derechos.

No pedimos un favor. Exigimos lo que es nuestro, DEVUÉLVANNOS LO QUE NOS PERTENECE.

Colaboración de: Francisco Quiñones