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El BanReservas y su fila absurda: ¿Por qué hacen esperar bajo el sol si adentro hay espacio?

  • Writer: Serie 26 La Romana
    Serie 26 La Romana
  • Jun 26
  • 2 min read
El BanReservas y su fila absurda ¿Por qué hacen esperar bajo el sol si adentro hay espacio

La Romana.- Una y otra vez se repite la misma escena en la sucursal del BanReservas ubicada frente al Parque Duarte, en pleno corazón de La Romana: decenas de personas esperando bajo el inclemente sol caribeño, formando una fila fuera del establecimiento mientras, paradójicamente, el interior del banco está semivacío.


La excusa que ofrece el personal de seguridad —quienes también fungen como informantes improvisados y hasta guías de procesos— es siempre la misma: "Hay muchas personas adentro".


Sin embargo, una vez logras entrar, te das cuenta de que no hay ni ocho personas en espera, y mucho menos un desborde que justifique tener a clientes expuestos a condiciones climáticas que bordean lo inhumano.


He realizado esta denuncia directamente en más de una ocasión. El personal de seguridad, que con buena disposición a veces trata de orientar, insiste en que solo cumplen órdenes de la gerencia.


Supuestamente, es la administración de la sucursal la que establece este mecanismo de control de acceso que, lejos de ordenar el flujo de clientes, lo que hace es generar incomodidad, frustración y hasta la pérdida de usuarios que, al ver la fila desde la acera, simplemente optan por irse.


Y ahí es donde está el punto más crítico: ¿a quién beneficia esta práctica? Porque al cliente no. De hecho, parece más un sabotaje interno disfrazado de protocolo. En una institución bancaria cuyo lema es estar “siempre cerca”, no tiene lógica alguna mantener a los clientes a la intemperie cuando hay espacio disponible en el interior.


¿No sería más sensato utilizar un sistema de turnos con numeración digital, como lo hacen muchas otras sucursales modernas? ¿O acaso este método incómodo busca, de forma táctica, reducir la carga laboral del personal adentro, al desalentar el ingreso masivo de personas?


Esta situación debería llamar la atención de los directivos de BanReservas. El malestar que genera no es un simple capricho de clientes impacientes; es una falta de respeto sistemática hacia ciudadanos que acuden a realizar transacciones y confiar su dinero a una entidad que, al menos en su imagen institucional, se promueve como cercana, moderna y empática.


Si hay algo que una institución financiera no puede permitirse, es que su propio protocolo de atención al cliente funcione como una barrera. Porque cuando el sol quema y la fila no avanza —mientras adentro hay asientos vacíos—, la confianza también se derrite.


¿Es mucho pedir una fila bajo techo o, por lo menos, una explicación coherente?

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