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La Romana y el ruido sobre ruedas: ¿libertad o falta de control?

  • Writer: Serie 26 La Romana
    Serie 26 La Romana
  • Oct 12
  • 2 min read
La Romana y el ruido sobre ruedas ¿libertad o falta de control

La Romana.- En La Romana, una de las principales quejas de los ciudadanos no es solo el tráfico ni los tapones en las horas pico, sino el ruido excesivo provocado por vehículos modificados, bocinas industriales, motores con escapes alterados y carros con sistemas de sonido que convierten las calles en una discoteca ambulante.


Lo que para algunos es entretenimiento o “flow”, para otros es una molestia constante que afecta la salud, la tranquilidad y hasta el descanso nocturno de barrios completos.


Sectores como Villa Verde, Villa Pereyra, Savica, Ensanche Quisqueya y parte del centro de la ciudad, viven casi a diario con carros con cajones de bocinas (los famosos “fiebruses”), motores con tubos de escape recortados y música a todo volumen sin ningún tipo de control.


Una cultura que se salió de control


En La Romana se ha creado una especie de competencia callejera: quién suena más duro, quién llama más la atención, quién se roba la mirada cuando pasa por la avenida Santa Rosa o frente al parque. Muchos jóvenes ven estas modificaciones como símbolo de estilo o estatus, sin pensar en el impacto que generan.


Sin embargo, detrás de esta cultura hay una realidad preocupante:


  • Ruidos que superan los niveles permitidos por ley.

  • Alteraciones ilegales de vehículos (escapes abiertos, cortes de silenciadores, instalación de equipos de sonido no autorizados).

  • Contaminación sónica constante, especialmente en horas de la noche.

  • Trastornos del sueño, estrés y afectaciones a adultos mayores, niños y personas con condiciones de salud.


¿Dónde están los controles?


Aunque existe una normativa nacional que prohíbe circular con vehículos que generen ruido excesivo, en la práctica las autoridades en La Romana pocas veces retienen o fiscalizan estas modificaciones.


Solo en operativos extraordinarios se ven retenciones, pero luego de eso, todo vuelve a la normalidad.


Muchos ciudadanos sienten que hay ley, pero no hay seguimiento.


La Romana habla: “No es música, es abuso”


Vecinos han expresado que no se oponen a la música ni a la cultura callejera, pero consideran que debe existir un límite y un respeto por los espacios comunitarios.


“Tú puedes disfrutar tu música, pero no me obligues a escucharla a mí a las 11 de la noche dentro de mi casa”, comenta una residente de Villa España.


Una propuesta para la solución


Para muchos, la clave está en tres puntos:


  1. Zonas autorizadas para competencias de sonido o encuentros de vehículos modificados, lejos de zonas residenciales.

  2. Operativos constantes, no solo por temporadas.

  3. Campañas de conciencia dirigidas a los jóvenes, apelando al orgullo romanense, no desde la represión, sino desde el respeto mutuo.


¿La Romana debe sonar… pero cómo?


La Romana es una ciudad alegre, de música, de calle, de vida. Nadie quiere apagar ese espíritu, pero hay una diferencia enorme entre disfrutar y molestar.


La verdadera pregunta es: ¿Podemos encontrar el equilibrio entre la cultura urbana y el respeto a la comunidad? Porque al final, La Romana no es solo tu vehículo… es también la gente que vive alrededor de ti.

 
 
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