Tres destinos imperdibles en RD: Historia, naturaleza y el encanto de La Romana
- Serie 26 La Romana
- Sep 16
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La Romana.- República Dominicana es mucho más que sol y playa. Entre calles que respiran historia, selvas que despiertan la aventura y rincones que parecen de película, el país ofrece experiencias que combinan cultura, buena comida, naturaleza y un poco de fiesta.
Santo Domingo: historia con sabor y ritmo
La capital es el punto de partida ideal. La Ciudad Colonial, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, permite caminar sin prisa y descubrir catedrales, plazas y museos que narran la historia de la isla de una manera viva y entretenida. La Catedral Primada de América y el Alcázar de Colón son paradas obligatorias.
Pero Santo Domingo no solo sabe a historia. Su esencia también está en un buen sancocho, mangú o mofongo, y en el merengue y la bachata que suenan en cada esquina. Para quienes buscan una experiencia gastronómica más moderna, el restaurante Ajualä del chef Saverio Stassi reinventa la cocina dominicana con un concepto fresco y relajado.
Samaná: naturaleza sin filtros
En el noreste del país, Samaná es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Entre enero y marzo, la bahía recibe a las ballenas jorobadas en un espectáculo inolvidable.
El Salto El Limón es otra de las joyas de la provincia: una caminata entre montañas y vegetación exuberante culmina con un chapuzón en su cascada de 40 metros. Además, el Parque Nacional Los Haitises, con sus manglares y cuevas de arte taíno, ofrece una experiencia cargada de historia y biodiversidad.
Y si de playas se trata, Rincón y Frontón son ideales para desconectarse del ruido y disfrutar de la tranquilidad.
La Romana: cultura, estilo y relax
En el sureste, La Romana brilla con luz propia. Además de sus playas tranquilas y resorts de lujo como Casa de Campo, la ciudad ofrece experiencias culturales que la hacen única.
Uno de los lugares más emblemáticos es Altos de Chavón, una réplica de un pueblito mediterráneo con talleres de arte, museos y un anfiteatro que ha recibido a grandes artistas internacionales.
Para los amantes de la buena mesa, La Piazzetta se ha convertido en el clásico imperdible, con pastas frescas servidas en un ambiente acogedor.
Con esta mezcla de cultura, gastronomía y descanso, La Romana demuestra por qué es mucho más que un destino turístico: es un lugar que combina la esencia dominicana con estilo y elegancia.



