¿Por qué hay tantos gatos en Altos de Chavón? El curioso equilibrio felino de este icónico lugar
- Serie 26 La Romana
- Oct 29
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La Romana.- Altos de Chavón, uno de los destinos más pintorescos y visitados de La Romana, no solo encanta por su arquitectura mediterránea, sus calles empedradas y su vista al majestuoso río Chavón. También es conocido por algo que sorprende a muchos visitantes: la gran cantidad de gatos que merodean tranquilamente por sus rincones.
A primera vista, podría parecer una coincidencia o incluso una invasión felina, pero la presencia de estos gatos tiene una explicación más interesante y hasta beneficiosa.
🐱 Un control natural y silencioso
Durante años, los gatos han cumplido un papel clave en el control de plagas, especialmente de ratones e insectos que podrían afectar los restaurantes, talleres de arte y espacios abiertos del lugar.
En lugar de recurrir a métodos químicos o invasivos, la comunidad de Altos de Chavón ha permitido que los gatos actúen como una especie de “guardia natural”, manteniendo el equilibrio ecológico del entorno.
❤️ Cuidado y convivencia
Lejos de ser animales abandonados, muchos de estos gatos son alimentados y cuidados por trabajadores, residentes y visitantes frecuentes. Algunos incluso tienen nombres y ya se han convertido en parte del paisaje cotidiano del pueblo artístico. Los turistas suelen tomarse fotos con ellos, y no es raro ver a un gato descansar bajo una mesa del restaurante o tomando el sol junto a una galería.
🌿 Una comunidad que respeta la vida
La convivencia pacífica entre los humanos y los gatos refleja uno de los valores más bonitos de Altos de Chavón: el respeto por la vida y la armonía con la naturaleza.
Además, algunos voluntarios locales han impulsado iniciativas de esterilización y alimentación responsable para mantener una población felina saludable y controlada.
📸 Un toque pintoresco que encanta a los visitantes
Hoy, los gatos forman parte de la identidad visual de Altos de Chavón. Muchos turistas los mencionan como uno de los detalles más encantadores del lugar, dándole un aire bohemio y auténtico a este rincón mágico de La Romana.
Los gatos de Altos de Chavón no son un problema, sino parte de su encanto: guardianes silenciosos, compañeros de los artistas y pequeños símbolos de un pueblo donde la historia, el arte y la naturaleza conviven en perfecta armonía.



